Comunicación Exitosa y Diversidad de Lenguajes (1a. parte)
Nuestro éxito y supervivencia como especie e individuos dependen, en cierta medida, de nuestra capacidad para comunicarnos con efectividad.
Esta comunicación puede fluir a través de diferentes tipos de lenguajes: el lenguaje verbal, el lenguaje escrito, el lenguaje corporal, el lenguaje de las expresiones, el lenguaje del silencio... y elementos que favorecen o dificultan nuestros encuentros cotidianos.
¿Has revisado últimamente entre tu equipo los siguientes 5 elementos clave para una comunicación efectiva?
1. ¿Cómo son nuestras palabras?
- Las palabras nos ayudan a conectar con nosotros mismos (a través de nuestro diálogo interno: creencias, auto-saboteadores...) y con los demás.
- Revisar nuestro vocabulario y ser consciente de las distorsiones de nuestros pensamientos (generalizaciones, catastrofismo, presuposiciones...) puede ser de mucha utilidad.
- Las palabras pueden influir negativa o positivamente en nuestros pensamientos, emociones y acciones.
- Las palabras representan una parte de nuestro mundo interior.
- Las palabras pueden crear (siendo palabras puente) o destruir (siendo palabras dardo).
2. ¿Cuidamos nuestro Tono de Voz?
El tono de voz es uno de los elementos comunicativos con mayor influencia.
En el tono de voz hay una serie de parámetros sonoros, como la intensidad, el ritmo, la vocalización, la proyección, el timbre... que le dan sentido al mensaje que queremos transmitir.
Dicen los especialistas en comunicación que el tono de voz puede llegar a ser el 30% de nuestra comunicación no verbal.
Un estudio de la Universidad de Barcelona llegó a las siguientes conclusiones:
- El tono de voz grave sugiere madurez y genera confianza.
- Un tono de voz demasiado grave nos puede conectar con el miedo.
- Una voz firme y segura nos hace pensar que lo que se dice es importante.
- Hablar con un tono de voz bajo nos puede hacer pensar que la persona está insegura y transmite poca credibilidad.
Partiendo de estas afirmaciones, podemos considerar que el tono de voz no tiene que ser siempre el mismo y que lo podemos modular dependiendo del mensaje, la situación y la persona con la que nos queremos comunicar.
3. ¿Potenciamos la Escucha en la organización?
La Escucha es una de las competencias humanas más útiles para empatizar y conectar con el mundo del otro, y al mismo tiempo todo un arte en nuestra sociedad.
La sabiduría de nuestro cuerpo ya nos aporta información al tener dos orejas y una boca.
Al escuchar al otro lo tenemos en consideración y lo hacemos sentir importante.
Es muy necesario escuchar más allá de las palabras, observando el lenguaje corporal, los microgestos faciales, lo que no se dice...
Seguramente, en ocasiones nos encontramos con algunos obstáculos a la hora de escuchar: entorno físico (ruidos, espacios pequeños, aglomeraciones...), ansiedad por responder, tendencia a juzgar y a aconsejar cuando no nos lo piden...
Un ejercicio muy útil cuando quieres dar un consejo a alguien, es preguntarle: ¿Sobre esto que me estás explicando, quieres que te diga lo que pienso o qué haría yo?
Aquí tienes un vídeo donde Teresa Baró nos hace una propuesta de 10 puntos clave a tener en cuenta para mejorar nuestra escucha activa:
https://www.youtube.com/watch?v=UiEvdA98QbM
Desde Biopolis potenciamos las estrategias comunicativas citadas a través de la creación de un espacio de juego, seguro, innovador y creativo para lograr una comunicación más rica, diversa y efectiva entre los equipos.
¿Te animas a explorar más?
En próximos días, podrás acceder a la segunda parte del artículo, donde compartiremos sobre la corporalidad y la kinesia del rostro para la mejora comunicativa.
Referencias:
El lenguaje de los gestos – Flora David
El Método Bravo – Mónica Galán. Editorial Alienta